Julio Martínez, Premio Nacional de Periodismo 1995, marcó toda una época, pasando desde la conversación radial al fútbol y de ahí a los estelares.
Julio Martínez destacó desde siempre por su incomparable hablar, lleno de reflexiones y con un delicado humor. El Premio Nacional de Periodismo 1995 marcó toda una época, pasando desde la conversación radial al fútbol y de ahí a los estelares.
Su talento le otorgó además el año 2001 el Premio Raúl Prado Cavada por su aporte al Periodismo Deportivo.
Conocido indiscutidamente por su reluciente calvicie, el comentarista oriundo de Temuco, inició en 1945 en la radio Prat un camino que lo llevó a trabajar en buena parte de los medios del país, incluidos la mítica revista deportiva Estadio, el diario Las Últimas Noticias, la desaparecida radio Minería y Canal 13, estación en la que durante años comentó en Teletrece. Allí siempre destacó por su comentario lejano a las estadísticas y a las estrategias, pero cargado de comentarios extradeportivos que sorprendían y que eran su distinción.
Para muchos, la imagen imborrable de JM -como fue conocido por su seguidores- es aquella en la que repleto de emoción, desde el escenario de la Teletón hizo llorar a millones de chilenos en un llamado a colaborar con la cruzada solidaria. Ese 1978 señaló mirando a la cámara "no me voy a apartar jamás de este amigo (el micrófono) que es el mejor amigo que he tenido en mi vida. Además, no responde... Es ideal. Escucha en silencio". Allí inmortalizó una de sus frases más conocidas: "Me gusta mucho el sol, pero acaso más la luna porque es mujer" y emocionó a todo un país.
Pero esas no fueron sus únicas frases. Digna de catálogo es además la repetida por sus pares "justicia divina", cuyo origen data de 1962 cuando Leonel Sánchez metió un espectacular gol para vencer a la selección de la desaparecida URSS.
En su estilo amable y caballeroso, descomponía en sílabas algunos términos cuando quería marcar un énfasis, método imitado hasta le cansancio hasta hoy. "Ex-cep-cio-nal", como él lo diría. De hecho, el propio JM se consideraba "un clásico de la TV chilena".
Casado con Norma Gonzalez, durante sus últimos años luchó contra un cáncer de próstata, del cual ya se había operado en 2004. Su lucha lo llevó por última vez a la clínica el sábado 3 de noviembre, cuando le diagnosticaron una bronconeumonía bilateral, que posteriormente derivó en una descompensación respiratoria y cardiovascular.
En el centro médico, tampoco dejó su pasión de lado. De hecho, tras su ingreso, aprovechó las noches para seguir disfrutando del fútbol, dándose incluso el último gusto de ver partidos y noticias del Real Madrid.
Fuente diario La Tercera.-
sábado, 5 de enero de 2008
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